La suerte y la esperanza de ganar están intrínsecamente ligadas a la existencia de las personas. El juego como conducta social esta ligado a la naturaleza humana desde los comienzos de la humanidad. Las personas viven experiencias de diversión y entretenimiento en su vida cotidiana. Tentar la buena suerte es un factor decisivo en los asuntos y conductas de las personas y como resultado atrae a la gente al juego.