Desde niña Marcela vio como Marta, su hermana mayor, jugaba habitualmente al LOTO, costumbre que de un día a otro ella decidió seguir en julio de 2018. Escogió los números 5, 8, 12, 14, 18 y 22, casi todos al azar, excepto el ocho, día del cumpleaños de su madre, quien se encuentra postrada por un problema en una de sus piernas. El resultado llevó la suerte a su familia, quienes se convirtieron en los ganadores del pozo más grande que el LOTO Clásico entregara en los últimos siete años: 4.417 millones de pesos.
La interpretación de ancestrólogo Pedro Engel:
Una semana antes del sorteo Marcela soñó con excremento, algo que según el ancestrólogo Pedro Engel, “tiene que ver directamente con la plata y eso viene de los antiguos alquimistas en Praga, que extraían excremento petrificado y a partir de eso empezaban a hacer alquimia partiendo desde lo más sucio hasta llegar a purificarlo y transformarlo en oro”.
“Todos los sueños hay que tomarlos en cuenta, porque son un material riquísimo que todas las noches el alma entrega al ser humano. Justamente yo pienso que el mundo está como está porque no escuchamos los sueños”, agrega Engel.
A esto se suma que días antes tuvo una de sus sobrinas soñó con una Reina de Copas, figura a la que se le atribuyen características como la compasión y la conexión con los otros a través de los sentimientos. Atributos que según los hermanos de Marcela, son propios de su personalidad, por su preocupación constante de mantener unida a la familia a pesar de sus diferencias. En este sentido, Pedro Engel confirma que “esto tiene que ver con un premio de la vida, es decir que ella fue premiada de manera ancestral por los antepasados”.
NOTA: Los nombre de los protagonistas de esta historia fueron modificados a petición de ellos mismos.